lunes, 24 de noviembre de 2014

DOS CASOS ESPECIALES: INTERNET Y EL AULA


Dentro del marco abordado sobre “lo cotidiano” hay dos caos especiales, por decirlo menos casi paradójicos: internet y la clase. La primera por ser lejana (aparentemente) para algunas escuelas y maestros y la segunda; pese a la cercanía, fuera de todo alcance de discusión.
Tratar a la internet como parte indiferente e innecesaria en la escuela se convierte cada vez en un trato casi desfasado y que dadas las condiciones económicas de muchas escuelas no es posible aún insertar su utilidad en la escuela al margen de lo importante que resulta ser como un recurso didáctico que el maestro puede emplear en las aulas. Lo cotidiano es algo casi inherente e indisoluble de cada estudiante, pues al adoptar ellos su entorno cotidiano, lo trasladan de igual manera aquello adquirido y practicado a la escuela. En tal caso, el manejo de la internet por parte de los estudiantes es un hecho casi natural, de fácil acceso y aprendizaje. Es importante por ello, reconocer la importancia del buen uso de la internet en la escuela para la formación del educando.
El eje central para aprovechar los beneficios de la internet en la escuela está en la valoración y reconocimiento de “lo cotidiano” como importante, como un recurso didáctico para las clases, además de acercar “lo cotidiano” a la escuela y a las aulas.
En tanto que las clases, constituidas por las diferentes experiencias de todos y cada uno de los estudiantes tienen un gran potencial de enseñanza. Principalmente por que ofrece la presentación de casos o situaciones a partir de las cuales se pueden tratar diferentes puntos y temas de clase a modo de ejemplo, lección y por ende, enseñanza. De esta manera puede facilitar el aprendizaje pues está basado y familiarizado con las experiencias de los propios estudiantes del aula; lo cual convierte a la escuela en menos artificial e ideal; por el contrario, más auténtica y enriquecedora.

De esta manera, lo que ocurre en la escuela y fuera de ella es vida de la cual habría que tratar expresamente para un análisis provechoso dentro de la clase. Esto convierte lo cotidiano en un recurso didáctico observable, concreto, cercano y real que los alumnos fácilmente pueden reconocer y familiarizarse.

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